La temperatura de reacción adiabática nos indica el límite superior de temperatura de un proceso. No podemos llegar a más, pero la temperatura real sí puede ser menor. La temperatura de reacción adiabática nos ayuda a escoger los tipos de materiales que hay que especificar para el equipo en el que se llevará a cabo la reacción. La combustión química con aire produce gases a una temperatura máxima de 2500K, lo que puede subir a 300K si se usa oxígeno u oxidantes más exóticos, e incluso puede excederse este valor, aunque los problemas de manejo y seguridad son considerables. Entre las aplicaciones de estos gases tan alientes están la preparación de nuevos materiales, el micromaquinado, la soldadura con rayos láser y la generación de electricidad empleando gases ionizados como fluido impulsor.
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